columna de opinión futuro usach

¿Cómo enfrentamos el desafío  existencial que surge al saber que las máquinas pueden superar nuestras capacidades en tantos ámbitos?

Columna de opinión Por Wolfgang Bongers

El Foro Abierto es una instancia de conversación y reflexión crítica creada dentro del programa FUTURO Usach 2024. A través de una serie de encuentros, buscamos explorar los impactos de las tecnologías emergentes en nuestras vidas. En la primera edición, titulada “Perspectivas Críticas y Creativas frente a la IA”, se debatió cómo la inteligencia artificial está transformando nuestra comprensión del conocimiento, la creatividad y la convivencia. La columna que compartimos a continuación, escrita por uno de los expositores, Wolfgang Bongers, profundiza en las inquietudes y retos éticos que enfrentamos ante la creciente autonomía de la IA generativa. Este análisis se suma al debate que iniciamos en este primer foro, y es solo el comienzo de muchas conversaciones por venir.

“La inteligencia artificial (IA) ha dado un salto en los últimos años, y con ello, nuestras sociedades han entrado en una nueva fase de aceleración tecnológica. Desde su surgimiento en 2018 y su masificación entre 2021 y 2022, la IA generativa ha dejado de ser una simple herramienta para convertirse en una entidad autónoma, capaz de aprender y actuar por sí misma. Esto está redefiniendo nuestra comprensión del conocimiento y la creatividad, a la vez que está sembrando inquietud.

La tesis es clara: las máquinas, ahora programadas por sí mismas en procesos de aprendizaje profundo, están alcanzando niveles de cognición  que superan en muchos aspectos nuestras capacidades humanas. Y esto no debería ser visto como un simple avance tecnológico, sino como un desafío ético y existencial

En lugar de preocuparnos, por ejemplo, únicamente por cómo hacer mejores prompts, es decir, cómo comunicarnos eficazmente con estas máquinas, debemos preguntarnos: ¿Qué significan estas nuevas inteligencias para el futuro de nuestra especie? ¿Estamos preparados para cohabitar con una tecnología que podría, en el peor de los casos, provocar conflictos, incluso guerras? ¿Qué hacemos con la difusión cada vez más habitual de noticias falsas y deep fakes que provocan accidentes y alteraciones en el individuo y la sociedad, y pueden influir en decisiones políticas? Con sus inmensas potencialidades, la IA generativa es una fuerza que puede ser tan constructiva como destructiva. Un problema central es que en un contexto capitalista que impulsa la constante aceleración del desarrollo industrial y post-industrial, el riesgo de que estas tecnologías sean mal utilizadas es real y creciente. La máquina, en su capacidad de aprender y evolucionar, podría llegar a decisiones que los humanos no tomaríamos, y esto podría tener consecuencias catastróficas si no se maneja con la debida reflexión y precaución.

Por lo tanto, más allá de estos riesgos que implican las IA generativas, es importante introducir un eje no antropocéntrico en la evaluación de este fenómeno, un pensamiento que nos aleje un poco de la centralidad del ser humano en este mundo. Las IA nos señalan otras formas de inteligencia más que humanas con las cuáles estamos conviviendo. El debate no debería radicar solamente en la capacidad técnica de la IA, sino en nuestra disposición para lidiar con las implicaciones éticas y sociales de su existencia. ¿Cómo nos vinculamos con estas inteligencias? ¿Cómo logramos cambiar nuestra posición al reconocer que estamos creando algo que puede superar nuestras propias capacidades? La clave está en no dejar que el deslumbramiento tecnológico eclipse nuestra responsabilidad como seres humanos en la convivencia con otros seres en la Tierra. Es esencial que pensemos críticamente sobre lo que está ocurriendo, antes de que la aceleración nos lleve a un punto de no retorno.

En última instancia, la pregunta no es solo técnica, sino filosófica y existencial: ¿Estamos dispuestos a aceptar las consecuencias de nuestra propia creación y soltar el dominio sobre ella? ¿Podemos manejar la responsabilidad que conlleva jugar con inteligencias que, aunque artificiales, pueden determinar el rumbo de nuestro futuro? La respuesta a estas preguntas definirá no solo el destino de nuestra tecnología, sino el de nuestra humanidad.”

Autor: Wolfgang Bongers