Innovar desde adentro: BONOPEI 2025 instaló capacidades en innovación pública en la Usach

El proceso logró instalar en las unidades una forma distinta de mirar los problemas cotidianos: no como fallas, sino como oportunidades de rediseño.

En la Universidad de Santiago, las palabras innovación y calidad ya no viven solo en los documentos estratégicos. Este 2025, más de 2.100 personas funcionarias fueron parte del proceso de formación del Bono PEI, lo que consolida a la Usach como una de las pocas universidades públicas del país que ha logrado capacitar de forma masiva, transversal y con metodologías aplicadas a su propio quehacer institucional.

Entre ellos, más de 250 personas fueron formadas como facilitadoras para liderar jornadas de trabajo dentro de sus propias unidades y así instalar capacidades prácticas en metodologías de innovación pública. Lo hicieron no solo como asistentes, sino como agentes activos de un proceso colectivo: idear, diseñar y priorizar soluciones concretas a problemas reales de la universidad

Así concluyó una nueva versión del Bono PEI, esta vez con foco en las fases verificar y actuar del ciclo de mejora continua (PDCA), y con un componente de innovación pública que dejó capacidades instaladas,  y, sobre todo, equipos activados.

La iniciativa fue articulada por el área de Innovación Pública de la Dirección de Innovación y Emprendimiento (Dinem), en coordinación con el Departamento de Desarrollo de Personas y el Departamento de Aseguramiento de la Calidad y Acreditación, como parte del compromiso institucional con la excelencia en los servicios y la generación de valor público.

La importancia de aprender haciendo.

La estructura del proceso combinó una formación individual virtual, a través del curso “Creando innovación pública: diseño de soluciones centradas en la experiencia usuaria”, y una jornada grupal facilitada por integrantes de cada unidad, previamente capacitados por el equipo de Innovación pública de la Dinem. Esta dupla formativa permitió que cada grupo viviera un ciclo completo de reflexión, ideación y definición de soluciones a un desafío institucional concreto.

Creo que como trabajadoras y trabajadores públicos es importante que estemos constantemente a la vanguardia. Que la innovación sea algo más que discursos de buenas palabras, sino que sea algo que podamos aplicar, con la idea de fortalecer las instituciones públicas”, compartió Paula Contreras Mallea, periodista de la Vicerrectoría de Apoyo Estudiantil.

Durante las jornadas, los equipos trabajaron dos herramientas:

  • Ideación y priorización de soluciones, para identificar qué ideas tienen mayor impacto y factibilidad.

  • Ficha de solución, para definir cómo funcionaría la propuesta, para quién está pensada y qué valor entregaría.

Se trabajó sobre dos desafíos transversales: Espacios sostenibles y Entornos colaborativos, definidos institucionalmente y abordados desde la experiencia de cada unidad.

En paralelo, el componente de aseguramiento de la calidad reforzó la aplicación del ciclo PDCA (Planificar – Hacer – Verificar – Actuar), dando continuidad a los aprendizajes de años anteriores y proyectando un cierre más robusto para el 2025.

Capacidades para una cultura de innovación

Más allá del lenguaje técnico, el proceso logró promover en las unidades una forma distinta de mirar los problemas cotidianos: no como fallas, sino como oportunidades de rediseño. Usar las herramientas no fue un fin en sí mismo, sino una vía para activar una cultura de innovación, donde cada rol cuenta.

El propósito del curso fue instalar capacidades de innovación que propicien el cambio y el desarrollo de proyectos de innovación para la generación de valor público. Esto mediante la interiorización y aplicación de metodologías y herramientas de diseño basadas en evidencias, con un enfoque colaborativo y centradas en las personas, donde la experimentación juega un rol importante al momento de llevar a cabo iniciativas novedosas.

El curso aporta con generar una cultura de innovación por medio de la generación de capacidades institucionales que propicien equipos de trabajo flexibles, capaces de adaptarse a los cambios del entorno complejo en el que se desenvuelven y los cambios en las necesidades y exigencias de la comunidad universitaria con el fin de cumplir con su propósito de universidad pública de excelencia que contribuye al desarrollo sostenible e inclusivo” señaló José Saavedra, gestor de innovación pública de la Dinem y responsable del proceso con Bono PEI.

La Usach aprende de sí misma

Entre las unidades que participaron se encuentran equipos de aseo, vigilancia, gestión académica, servicios administrativos y técnicos, quienes formularon más de 250 propuestas de mejora priorizadas, que hoy constituyen un insumo importante para futuros proyectos.

Innovar en lo público no es hacer más cosas, es hacerlas mejor, con sentido y con método. Este proceso permitió que muchas personas funcionarias vieran que sí es posible transformar su entorno desde herramientas concretas y colaboración”, señaló Diego San Martín, coordinador del área de innovación pública de la Dinem.

Con esta versión, la Usach continúa la ruta de construir una universidad pública que innova desde dentro, y que además demuestra que las herramientas de innovación pública pueden (y deben) ser accesibles, útiles y coherentes con los desafíos reales del sector público.

Nuestro rol como universidad pública no es solo enseñar, sino también aprender de nosotros mismos. Este proceso demuestra que cuando hay herramientas, voluntad y acompañamiento, innovar deja de ser una palabra difícil y se convierte en una práctica cotidiana y transversal para todas las personas funcionarias”, concluyó Leonidas Ibarra, director de Innovación y Emprendimiento de la Usach. 

 

Autor: Ignacio Vallejos

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