FORO ABIERTO COLUMNA DE OPINIÓN

Duelos desautorizados: muerte, amor y pérdidas invisibilizadas

Columna de opinión de  Daniela Alburquerque Gonzalez

El Foro Abierto es una serie de encuentros que estamos llevando a cabo dentro del marco del programa FUTURO Usach 2024, con el objetivo de generar un espacio de discusión y reflexión sobre los grandes desafíos que enfrenta la comunidad universitaria. En su sexta sesión, titulada “Duelos Desautorizados: Muerte, Amor y Pérdidas Invisibilizadas”, se abordó desde una perspectiva crítica la muerte, los duelos no reconocidos y la invisibilización de las pérdidas que muchas veces quedan fuera del discurso social. Este foro invitó a la comunidad universitaria a hablar de estos temas dolorosos, pero necesarios, que a menudo se quedan en las sombras.

La sesión contó con la participación de Daniela Alburquerque Gonzalez, profesora asociada, Centro de Salud Pública Facultad de Ciencias Médicas, Shane Cienfuegos de OTD Chile, e Ignacio Gutiérrez, de la Fundación Muerte, quienes aportaron diversas perspectivas sobre el duelo, la muerte y las inequidades en torno al fin de la vida. El panel fue moderado por Carla Rivera de periodismo FAHU.

En la columna de opinión que compartimos a continuación, Daniela Alburquerque Gonzalez, reflexiona sobre las complejidades sociales que rodean el final de la vida y cómo estas experiencias son frecuentemente invisibilizadas. A lo largo de la conversación en el foro, se evidenció la urgencia de hablar sobre la muerte con una visión inclusiva y diversa, que reconozca las realidades de todos los sectores de la sociedad.

El Sexto Foro abierto de FUTURO USACH 2024 nos convocó a hablar del único evento que con certeza será parte del futuro de todos y todas, la muerte. Pero en su carácter universal, existen singularidades, complejidades e inequidades que en este conversatorio se congregaron bajo el nombre “Duelos Desautorizados: Muerte, Amor y Pérdidas Invisibilizadas”. 

En el compartir del foro, en donde el público asistente se hizo parte de la construcción conjunta, revisamos la idea de Duelos Desautorizados, los silencios y opresiones sobre colectivos históricamente excluidos y la consecuente falta de reconocimiento del dolor, del cuidado, del rito necesario para la despedida, de la expresión del amor, del derecho a un adiós socialmente legitimado. 

El diálogo hizo evidente la urgencia de hablar de la muerte y de cómo cada persona puede encontrar en sus propias historias una experiencia que podría haber sido distinta si nos atreviésemos a pensar en el fin de nuestras vidas, poder manifestar las voluntades anticipadas, poder tomar decisiones y generar vínculos, afectos y cuidados en torno a aquello. 

Pero también fuimos reconociendo cómo hemos construido un imaginario del fin de vida que excluye y margina. Tenemos un importante pendiente para morir en equidad. Hablamos sobre las personas que cuidan a personas en fin de vida, la mayoría mujeres realizando un trabajo no remunerado justificado por el amor y el mandato social de cumplir con el rol de madre, esposa, hija… quienes son abandonadas por un sistema que no genera corresponsabilidad en el cuidado y así va muriendo una familia, una red invisible que sostiene una existencia inhumana. Escuchamos a Shane Cienfuegos de OTD Chile quien nos moviliza al recordar que las personas trans tienen en Latinoamérica una esperanza de vida de 35 años. Si sus vidas no son legitimadas, protegidas… sus cuerpos inertes lo son aún menos. Fuimos escucha de los cuidados de su comunidad sobre el cuerpo de sus compañeras fallecidas, para que en la muerte se respete su identidad, sus deseos y lucha. 

Así emergen formas de resistencia teñidas de ritualidad, arte, poesía, actos performativos y amores escondidos para llorar a la amante fallecida. Expresiones necesarias para resguardar el derecho al duelo en un escenario donde la vida y la muerte de los seres está comandado por un modelo social y económico deshumanizante. Ignacio Gutiérrez de Fundación Muerte nos comparte la experiencia de su organización quienes ofrecen formas otras para atrevernos a encontrarnos con la muerte, con la despedida digna, diversa, en la calle, en el hogar, en territorios no medicalizados. 

El fin de vida materializa la inequidad de nuestro país. Debemos problematizar el valor que se le otorga a los cuerpos que producen y perpetúan el sistema imperante por sobre quienes no cumplen con el mandato exigido. No olvidemos las injusticias y vulneraciones que puede habitar nuestro propio cuerpo en el futuro, mientras no tengamos políticas y prácticas concretas de reconocimiento a la diferencia y a la corresponsabilidad en el cuidado. Hablar de buen morir es hablar de buen vivir.

Autor: Daniela Alburquerque Gonzalez